El Duelo: del yo al nosotros



"Siempre que un hombre despierta, despierta de la falsa suposición de que ha estado siempre despierto y es por lo tanto el dueño de sus pensamientos, sentimientos y actos."

HENRI TRACOL

La muerte o transición de consciencia de un ser querido, después del lógico dolor, nos hace plantearnos de una u otra manera, qué es la vida y si la estamos viviendo conscientemente.
De alguna manera, empezamos a valorar cosas que antes pasábamos desapercibidas. Nuestra esencia empieza a fundirse con nuestra personalidad o ego y este sufre una transformación sanadora en la mayoría de los casos. 

Muchos prefieren dormir y no aceptar la realidad, lo que genera sufrimiento, pero es un sistema normal de defensa que el ser humano tiene ante circunstancias muy dolorosas, que poco a poco nos lleva a la aceptación que no es lo mismo que la resignación. La mente se resigna, el Alma acepta, comprende y sana.

Si nuestro duelo nos lleva a estar más presentes (más despiertos) y por ende más conscientes, las cualidades del alma se funden en nosotros, percibiendo la paz, la fraternidad, la unidad y amor que todos somos, cada vez con mayor lucidez.

No significa que la vida va a ser perfecta (Sueño) sino que ante cualquier evento de la misma percibido con ecuanimidad y lucidez (Realidad), dejamos de reaccionar como "siempre" (automatismos) y actuamos según nos dicte el sentido común y nuestro corazón que permanecerá más en calma cada vez.

Esta transformación, es una actitud de vida. Un anhelo de estar más consciente de nuestra parte espiritual e inmortal, que nos impele a ser uno con todo ser.

El duelo pasa así de un "yo" dormido a un "nosotros" lúcido.

Despertamos cuando ese Amor por nuestro ser querido, nos transforma y se expande y comparte con todos. En casa expresión de alegría, compasión y amor, está él reflejado en el Nosotros!

Recibid un fuerte abrazo lleno de Lucidez y Paz Profunda!

Bendiciones mil.

Guillermo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario