Qué Navidad queremos vivir, ¿la soñada o la real?

Qué Navidad quiero vivir, ¿la soñada o la real?

Esta pregunta, meditada y llevada al silencio nos habla de dos mundos paralelos. En el primero estamos en estado de ensoñación. En el segundo estamos despiertos, conscientes.

En Navidad celebramos el nacimiento de Cristo. En lenguas anglosajonas de denomina Christmas, o lo que es lo mismo la Misa por Cristo.

Teniendo en cuenta que los Cristianos nos preparamos para esta celebración por medio del periodo de Adviento, que es un tiempo de esperanza y de vigilia consciente en familia y en comunidad, vemos cómo la mayoría del mundo ha perdido su verdadera esencia, asociando la Navidad a un periodo de compras materiales, copiosas cenas y reuniones de todo tipo.

La Navidad es un periodo en que la familia se reúne y si no se pueden reunir todos, se llaman por teléfono, vía online o como se pueda.

¿Qué ocurre con la Navidad cuando un ser querido muere? Pues que la gran mayoría afrontamos este periodo de comunión, con mucho dolor y tristeza. Quizás, para toda la vida… Pasa lo mismo cuando un matrimonio se separa, etc.

Desde nuestra estructura psicofísica, esta visión «fría» de la Navidad se puede entender por el trauma creado, por los sueños frustrados, por el sufrimiento cronificado, etc…

Pero recordemos que somos mucho más que un cuerpo, que una mente y que unos sentimientos. Somos un ser humano y como tal con un Espíritu inmortal.

El duelo cronificado es una tremenda resistencia inconsciente a lo que Es, a lo que ha sucedido, a lo que ha roto «nuestra visión perfecta de lo que tenemos que vivir». Se manifiesta con juicios negativos a la vida y a identificarnos con un rol de víctima que es difícil de percibir, pero que desde fuera se ve claramente.

Volquemos nuestra mirada hacia la comunión interior y hablemos de esperanza. 

Transformar la tristeza en verdadera alegría interior, no es fácil en los primeros meses o años, pero llega un momento en que nos vaciamos tanto de nosotros mismos, al vaciarnos de lágrimas, de frustraciones , de dolor, de recuerdos y de todo lo mental y emocional, que sin saberlo, abrimos la puerta a lo trascendente. 

Una intuición nos habla entonces de que nuestro ser querido está bien en su nuevo plano de existencia espiritual. Es una certeza tan clara que nuestro corazón sonríe de nuevo, se llena de paz y da gracias a Dios por ese momento de comunión… Cada uno vive esta intuición de una manera más o menos consciente, pero luego al entrar la mente en acción, pasa a ser etiquetada como un «simple pensamiento» y acaba por perderse su verdadera esencia..

La navidad soñada nos entristece cuando deja de ser perfecta por la falta de algún familiar. La navidad soñada nos entristece cuando los malos recuerdos producidos en esta fecha señalada nos sacan del momento presente y no disfrutamos de esa venida continua de Jesús a nuestro encuentro.

La Navidad real, madura y llena de calidez interna, nos llena de complicidad con la vida. Aceptamos los cambios no por razonamiento, sino por comunión interior, por esa sabiduría del alma que nos lleva a vivir despiertos a esa «Verdad que nos hará libres».

Así como antes he mencionado a los familiares que están lejos, en otras ciudades o continentes y no pueden venir por Navidad, pero que nos comunicamos con ellos por teléfono o por videoconferencia… Así podemos hacer con nuestros familiares que han pasado por la transición de su consciencia. ¿Cómo?cerrando nuestros ojos y «nuestra mente» y en silencio, enfocados en nuestro corazón con total humildad, sentir su presencia, sentir su comunión, sentir su alegría y al abrir los ojos, dar gracias por todo lo vivido en este plano y lo que seguimos viviendo con ellos a través de nuestro espíritu.

Como decía San Pablo: «La letra mata y el espíritu vivifica» Los pensamientos nos matan la intuición. El silencio sagrado nos hace resucitar a la luz que ya somos. Nunca lo olvidéis, sentir la Luz que hay detrás de la desesperación, del dolor, de la tristeza y dejad que nazca en vuestros corazones el Camino, la Verdad y la Vida que ya somos todos y que nuestro Señor nos dejó tan claro… La espiritualidad está sembrada de sencillez e inmaculada y silenciosa presencia.

Que estás Navidades, descolguemos el «teléfono celestial» que es el Espíritu Santo y en sus manos vaciemos todas nuestras penas y ansiedades y poco a poco empecemos a vivir la Verdadera Navidad.

Recibid un hondo y cálido abrazo en vuestros corazones , y vivamos esta Navidad desde ese corazón que ilumina nuestras mentes con verdadera lucidez, paz y amor.

Paz profunda y bendiciones mil.

Vuestro compañero de camino, Guillermo.

Encender La Luz de la Consciencia



"Si encendieras la luz de la conciencia para observarte a ti mismo y todo lo que te rodea a lo largo del día; si te vieras reflejado en la conciencia del mismo modo que ves tu cara en un espejo, es decir, con precisión, con claridad, exactamente, sin la menor distorsión ni añadido, y si observaras ese reflejo sin juicios ni condena, experimentarías toda suerte de cambios maravillosos. Pero no controlarías esos cambios, ni podrías planearlos por adelantado ni decidir cómo y cuándo se van a producir. Es solamente esa percepción consciente sin juicios la que sana, cambia y hace crecer. Pero a su manera y a su tiempo."

Anthony de Mello.

Te invito a tomar una taza de té



Te invito a tomar una taza de té.

Sentados juntos, respiramos y en silencio abrimos nuestros corazones para simplemente escucharnos en cuerpo y alma.

Sabemos de nuestros duelos, de nuestro dolor y sufrimiento, pero ahora sólo hay Presencia, apertura para Ser nosotros mismos.

No buscamos decir cosas por decir, sino sólo permanecer en comunión.

Hemos aprendido a no huir del dolor, sino a ponerle nombre.

Hemos aprendido a no huir de esas sensaciones corporales que ahogan nuestro ser, sino a sentirlas plenamente sin juzgarlas.

Hemos aprendido a permanecer con esa carga energética en principio desesperante y al observarla con atención, comprobar que va desapareciendo sin más.

Hemos aprendido que tras esas tensiones abrazadas surge una extraña paz llena de comprensión intuitiva.

Hemos aprendido que sin buscar controlar la respiración, La Paz anterior la trae por sí misma.

Hemos aprendido que al conectar con nosotros mismos, aparece una hermosa conexión con todo lo que nos rodea, cielo, tierra, personas, animales, etc.

Hemos aprendido con todo esto que hay mucha luz dónde solo había oscuridad y que esa luz interior es la que disipa nuestro dolor y transforma la distancia con el ser querido en presencia sin espacio.

Hemos aprendido a tomar una taza de té en silencio y a compartir con una sincera mirada el dulce aroma del Amor infinito de dos almas que tras cargar su cruz, resucitan en silencio a la Vida Plena.
Gracias por tu infinito acompañamiento, Alma mía...

Recibid un fuerte abrazo lleno de ese aroma que la Gracia Divina deja caer a todo aquel que abre su corazón a la VIDA.

Bendiciones mil!

Vuestro compañero de sendero, Guillermo.

La Crucifixión en el Duelo

 



Para los cristianos estamos en las fechas en las que vivimos la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Son fechas de recogimiento, de hacer silencio, de equilibrar la vida material con la espiritual.

Todos cargamos con nuestras cruces, pero en el fondo no llegamos a aceptarlas, no llegamos a dejar que nos crucifiquen, es decir, a morir a la imagen egoica y velada que tenemos del mundo y de nosotros mismos.

En el duelo, pasa lo mismo, no llegamos a confiar en que hay algo más grande que nosotros que regula los ciclos de la vida y así la aceptación necesaria pasa a ser resignación y con ella aparece el sufrimiento y la impotencia de ver que no podemos hacer nada por vivir sólo con lo que nos hace feliz…

En la misa del jueves santo el sacerdote dijo: Jesús no vive para nosotros porque lo recordemos, es porque vive que su recuerdo perdura en nosotros. En el duelo se dice mucho que mientras recordemos a nuestro ser querido, no morirá. Y en verdad, es que es su nueva vida espiritual la que que nos hace recordar la unión que existe entre nosotros y recordarle… Recordar viene del latín “recordis” que significa volver a pasar por el corazón… volver a estar en comunión a pesar que su cuerpo físico ya no está.

En el centro de la cruz está el corazón que sigue latiendo y moviéndose, y por otro están las manos y pies paralizados, no podemos hacer nada, sólo esperar en silencio y confiar en Abba, en nuestro Padre Celestial… En el duelo llegar a crucificarnos significa entrar en comunión con el Padre, confiar en Él y dejar de luchar por vivir nuestra verdad velada por la mente y de esa manera silenciarla y escuchar su voluntad y no la nuestra…

Hoy viernes santo, estamos velando a Jesús, estamos armonizándonos con su dolor y sufrimiento y al mismo tiempo sintiendo en los momentos de oración y contemplación la paz de su sagrado corazón latiendo en un eterno compas de luz, vida y amor.

El duelo necesita momentos de silencio como estos, momentos de comunión interior, momentos de armonización corporal, mental y espiritual, para que la Vida pueda seguir su curso y podamos ver más allá de nuestras propias zancadillas mentales y entregarnos a Dios en un eterno “Hágase tú voluntad y no la nuestra, y muéstranos la diferencia.”

Cada duelo es personal e intransferible y cada uno de nosotros lo enfrenta con las “herramientas” que esa misma Vida nos ha ido dando, pero recordar que en lo profundo de nuestro ser siempre hay luz, siempre hay amor infinito y que la fe en todo esto ayuda a soltar con humildad nuestros sufrimientos y creencias erróneas y así poder renacer, resucitar en forma de una persona más llena de Vida, de esperanza, de caridad… No hace falta ser creyente para intuir que somos seres espirituales en una aventura humana…

En esta semana especial, pido a Dios que nos ayude a ser humildes para así poder entrar en nosotros y comulgar con todo ese Amor infinito que no para de manar de su “Corazón” y de esa manera poder ver en todo, la perfección que roza nuestras almas y que no solemos ver por estar demasiado “ocupados” en vivir nuestros sueños en vez de despertar y simplemente VIVIR.

Recibid un fuerte abrazo lleno de paz Profunda y Bendiciones mil en Cristo nuestro Señor.

Tengo mucho trabajo que hacer!


Un día una persona subió a la montaña donde se refugiaba una mujer ermitaña que meditaba, y le preguntó:
- ′′Qué haces en tanta soledad?"
ella respondió:
′′Tengo mucho trabajo que hacer."
- ′′Y cómo consigues tanto trabajo? ... no veo nada aquí..."
- ′′Tengo que entrenar dos halcones y dos águilas, tranquilizar a dos conejos, disciplinar a una serpiente, motivar a un burro y domar a un león."
- ′′Dónde están? ... no los veo..."
- ′′Los tengo dentro."
- ′′Los halcones se lanzan sobre todo lo que se me presenta, bueno o malo, debo entrenarlos a lanzarse a cosas buenas. Son mis ojos!
- ′′Las dos águilas con sus garras hieren y destruyen, debo enseñarles a no hacer daño. Son mis manos."
- ′′Los conejos quieren ir donde quieren, huyen de enfrentar situaciones difíciles, debo enseñarles a estar tranquilos aunque haya sufrimiento u obstáculos. Son mis pies."
- ′′El burro siempre está cansado, es terco, muy a menudo no quiere llevar su peso. Es mi cuerpo."
- ′′La más difícil de domar es la serpiente. Aunque esté encerrada en una jaula robusta, siempre está lista para morder y envenenar a quien esté cerca. Tengo que disciplinarla. Es mi lengua."
- ′′También tengo un león. Oh!
... es orgulloso, vanidoso, se cree el rey. Tengo que domarlo. Es mi ego."
′′Como ves, amigo, tengo mucho trabajo que hacer.
Y tú? En qué estás trabajando?".
Antigua leyenda Zen

Sanando Pérdidas


El nombre de  grupo de Facebook es Sanando Pérdidas, como todos sabéis.

Pero ¿Qué perdida es la que queremos sanar?

Todo cambio, toda decisión, toda crisis nos lleva a ir dejando atrás una u otra cosa, etapas, trabajos, relaciones, seres queridos, etc..

Todo lo físico tiene un comienzo y un final, y algo tan obvio nuestra mente lo camufla en un sueño que quiere hacer eterno lo efímero de lo físico.

En nuestra ignorancia, dejamos de percibir lo esencial e inmortal en nosotros para entrar en ese sueño que nos hace ver la vida desde una posición defensiva, egoísta y llena de dolor.

Tal como lo siento, la herida que está detrás de tanto dolor, es el sentirnos separados de nuestro Espíritu.

Es no ver el sueño inconsciente en el que nos movemos la mayor parte de nuestras vidas. 

Es no ver los automatismos de la mente. 

Es no ver lo hermoso de estar vivos y quedarnos sólo en ver la vida que nos gustaría vivir. 

Es no ver que estamos en una jaula con la puerta abierta. 

Es no ver el mensaje de luz que hay tras cada experiencia vivida.

Es en definitiva no ver el Amor que somos y el Amor que no rodea...

Qué palabra tan usada y tan llena de sueño egóicos... Amor.

Y sin embargo ese amor enmascarado de apego mundano, es reflejo de ese inmenso Amor que no puede ser pensado, ni sentido, sólo puede ser Vivido, Percibido en los momentos en que salimos del sueño, salimos de pensar nuestra vida y simplemente somos y al Ser, brota de nosotros el Amor impersonal que radia de dentro hacia fuera, que da Fuerzas, Alegría, Paz, Consuelo, Compasión, Lucidez y que Sana realmente con sólo brotar del manantial interior...

Sé que es difícil entender que ese Amor no se puede "sentir", pero vuelvo a recordar que los sentimientos están influidos por nuestra mente y que "percibimos" lo Real de la Vida al desidentificarnos de esos mismos pensamientos y sentimientos que nos producen tanto dolor en nuestras pérdidas y empezar a "ver y aceptar" la vida, como algo hermoso y perfecto, si empezamos a verla con "Los ojos del Corazón" expresión que equivale a percibir la vida desde lo profundo del Ser.

Muchas palabras para intentar transmitir algo que sólo podemos vivirlo y no pensarlo...

¿Y Cual es la paradoja de Vivir desde lo profundo del Ser?

Que al no "pensar la vida" la mente empieza a estar al servicio del Ser y en armonía con él, los sentimientos son expresión pura de ese Amor que ya somos y empezamos a dar los "frutos eternos del Amor". 

Ya no hace falta buscar soluciones, pues brotan por intuición.

Ya no hace falta esforzarnos por trabajar, sino que trabajamos con armonía y lucidez.

Ya no buscamos respuestas, porque con simple silencio "todo está bien".

Ya no buscamos ser comprendidos, porque comprendemos la unidad de todo y ahora sólo mostramos ese descubrimiento en forma de servir a nuestros hermanos.

Ya no buscamos "sanar pérdidas" porque no hay sensación de perdida sino de "Unidad".

Ya no buscamos sanar "dolores mentales", sino que aceptamos el dolor físico y mental, desde la lucidez de la toma de consciencia.

Vivir desde nuestra Esencia, nos convierte en instrumentos del Espíritu, en gotas de un océano luminoso dónde lo dual, se vive desde lo no-dual.

¿Significa que no tendré más cambios o enfermedades o rupturas?

No, todo eso seguirá sucediendo, pues forma parte de la vida, así como siempre tendremos pensamientos y no siempre positivos... Pero lo importante es que todo esto se "Vivirá" con más consciencia, con más ecuanimidad y con más lucidez....

Pongo mis oraciones al vuelo, para que lleguen a vuestros corazones y os den lucidez, paz profunda y comprensión para que sanando nuestra desconexión interior, podamos dar frutos y ser ejemplos de ser simplemente un ser espiritual en una aventura humana...

Bendiciones mil y feliz y lúcido fin de semana!

Vuestro compañero de camino,

Guillermo.

La Ansiedad y el Duelo



Durante el duelo, uno de los síntomas que más persiste en el tiempo de muchas y sutiles maneras es la ansiedad.

Toda ansiedad en alguna manera implica desear algo, es un anhelo del Alma que enfocamos hacia lo exterior, hacia algún tipo de objeto, material o espiritual, tangible o intangible para que nos consuele y al no lograrlo, al tener la mente saturada, finalmente aparecen los temores de no poder conseguir y saciar nuestra búsqueda, produciendo muchas formas de querer enmascarar nuestra frustración. 

La ansiedad desaparece al comprender la Realidad tal como es y al comprender y aceptar nuestro espejismo mental, que no puede hacer nada más que crear otros objetos mentales para saciar ese Anhelo. Utilizamos el instrumento inadecuado con las programaciones que hemos incorporado a él, llenando todos el espacio vital de pensamientos llenos de ruido y alejando así la sabiduría innata que todo llevamos, que aparece en los momentos de comunión y/o silencio de esa misma mente. Los pensamientos siguen machacando nuestro espacio vital, pero ya no nos identificamos con ellos... El Espíritu empieza a brotar de ese manantial de "Aguas vivas" que siempre está en nosotros, pues somos parte de Él.

Os dejo estos sabios consejos de Ramiro Calle:

"Combatir la ansiedad de posible, pero hay que saber distinguir entre las soluciones perniciosas y las positivas. 

Conviene huir, por peligrosas y porque jamás aportan una solución sino que crean un problema añadido de:

El culto a la propia imagen
Las dependencias psíquicas
Las dependencias de otras personas
Drogadependencias , alcoholismo
Ira, agresividad
Masoquismo, autocompasión y falta de responsabilidad
Hostilidad y aislamiento
Ensoñaciones descontroladas (suplir realidad por imaginación)
Indolencia o despreocupación
Escapismo, autoengaño y ocultación de las propias deficiencias
Justificaciones y pretextos que evitan el crecimiento interior y la madurez
Afán de poder y manipulación, ansias de prestigio y control sobre los demás.

Las soluciones ideales para combatir la ansiedad son:

Las prácticas de técnicas psicofísicas (métodos de estiramiento, yoga procedimientos de control respiratorio, técnicas de relajación, etcétera)
Perfeccionamiento de las cinco fuentes de energía: respiración, alimentación, descanso, impresiones mentales y sueños
Meditación, visualización y autodesarrollo
Métodos de autobservación y autoperfeccionamiento
Desenmascaramiento psicológico, enfrentamiento a miedos y temores, desarrollo de enfoques claros y correctos sobre la propia existencia y sin expectativas infantiles
Creatividad, sublimación a través del arte, trabajo positivo y libertad interior
Ejercicio para estar consciente y a la vez espontáneo; actitud expansiva y amorosa; adecuadas actitudes internas hacia uno mismo, hacia los demás y hacia la vida
Cultivo de hábitos y pensamientos positivos
Mejorar la relación con los otros seres sensibles, cultivo del amor consciente y desinteresado J acción lúcida, servicio y cooperación."

Ramiro Calle.

Feliz y Consciente fin de semana!!

Bendiciones mil!

El Secreto de Bendecir




"Mi fe en el bien que hay en el otro crece cuando oro por él o lo bendigo. En la bendición deseo a una persona aquello que necesita para sellar la paz consigo misma."

Grün ANSELM.

Bendiciones mil!

Yo Soy quien Soy en mi Duelo




"Yo no soy el que quisiera ser. No soy el que debería ser. No soy el que mi mamá quería que fuera yo. Ni siquiera soy el que fui. Yo soy quien soy.

Tú no eres quien yo necesito que seas. Tú no eres el que fuiste. Tú no eres como a mí me conViene. Tú no eres como yo quiero. Tú eres como eres."

Jorge Bucay

En el duelo buscamos ayuda de muchas maneras, en personas, libros, conferencias, profesionales de la salud, etc... Pero una gran ayuda viene de no juzgarnos ni juzgar a los demás.

Cada uno Es como es... Aceptar y Aceptarnos tal y como somos en cada momento, es el comienzo de una comunicación entre lo que realmente SOMOS y lo que creemos ser.

"Yo soy como soy y tu eres como eres."

Recibid un fuerte abrazo lleno de esa Paz Profunda que no juzga nada...

Bendiciones mil.

Guillermo.

La Navidad ¿Incompatible con el duelo?

 


Llega el periodo del año en el que muchos de nosotros celebramos el nacimiento de Jesús y muchos otros un periodo de fraternidad, según la orientación religiosa o ética de cada cual. En ambos casos es un periodo familiar y que siempre nos trae al corazón a nuestros seres queridos que ya no están físicamente con nosotros.

Muchos comentamos que es un periodo muy triste y que queremos que pase cuanto antes. Otros comentamos que a pesar del dolor y las naturales lágrimas que puedan surgir, nos sumergimos en esta celebración con ellos en nuestros corazones y celebraciones.

¿De dónde surge ese cambio tan importante para que las celebraciones familiares y en especial la Navidad se puedan vivir en y con paz?

Hay una cosa obvia y que nos la muestra la etimología de la palabra Navidad: Voz patrimonial del latín nativitas, nativitatis ‘nacimiento’. Nacer implica llegar a una vida nueva. Es la realización de nuestro estado potencial como óvulo fecundado. En resumen es vivir la Vida con mayúsculas como seres conscientes.

Si observamos las dos palabras que en nuestras mentes aparecen en duelo en esta época del año, consciente y la mayoría de veces inconscientemente, es VIDA-MUERTE y LUZ-OSCURIDAD si vemos el cambio del Solsticio de Invierno, dónde del día más oscuro del año en términos de luz solar, pasamos a ver como los días irán teniendo más luz.

Al igual que la obscuridad no tiene existencia y se mide en función de la luz, así la muerte no es lo contrario de la Vida que es eterna, sino lo contrario al NACIMIENTO y que como bien decía Albert Einstein: “La Energía (Vida eterna) ni se crea ni se destruye, simplemente se transforma.”

Por resumirlo en unas palabras encadenadas:

VIDA-Nacimiento-VIDA-Muerte-VIDA

La mente sólo puede apreciar dualidades: Nacimiento-Muerte.

La Consciencia lúcida es VIDA que está presente antes de nacer, durante nuestra etapa mundana y después de la muerte del cuerpo.

Como bien dice Theilard de Chardín «No eres una criatura humana en una aventura espiritual, sino una criatura espiritual en una aventura humana».

En el Cristianismo el Adviento es un periodo de silenciamiento interior, de espera activa, de comunión interior, para preparar un nuevo nacimiento. Celebramos el nacimiento del Mesías y al mismo tiempo nos preparamos para renacer nosotros mismos a nuestro verdadero Ser.

En Navidades nos asaltan las preocupaciones y el dolor de ver lo que hemos dejado atrás, de ver los que ya no están con nosotros fisicamente y tendemos a ocuparnos en prepara actos festivos, compras compulsivas y todo lo que pueda llenar nuestro vacío existencial.

Entre la preocupación que se alimenta de nuestras memorias pasadas y la ocupación que busca alcanzar objetivos en un futuro inmediato, está la Presencia Consciente que observa en silencio el ruido mental.
Nacer a nuestro verdadero Ser, significa morir al yo pequeñito con el que nos identificamos, significa morir a las memorias interpretadas negativamente, significa morir a las creencias limitantes, significa abrazar con lucidez todo lo que vivimos, para llenarlo de Amor.

Sí en estas Navidades surgen sentimientos de resistencia a celebrarlas plenamente con el corazón, es porque la mente sigue enredada en su propia trampa y no deja expresarse a la divina Consciencia que habita en todo ser.

Tomemos unas respiraciones profundas y regresando al ahora, sin juicios ni culpas, sigamos compartiéndonos con todos en Amor, ayudándonos los unos a los otros a renacer en Verdad. Esa Verdad que intuye la realidad transcendente, que sabe que nuestros seres queridos transcendidos está en perfecta armonía, paz y amor. Esa Verdad que nos libera de la ignorancia mental y nos abre hacia la sabiduría del alma.

Os deseo de todo corazón que paséis una feliz Navidad Consciente de su profundo significado, que nos ayuda a renacer con más lucidez al mundo espiritual donde no hay distancias psicológicas entre nosotros y nuestros seres queridos que habitan ahora una eternidad sin comienzo ni fin.

Recibid un fuerte abrazo Navideño lleno de Paz Profunda y mil bendiciones.

Guillermo.

LA SENDA DEL MEDIO




Quería compartir con todos vosotros una anécdota de un conocido.

Estoy saliendo de una anemia grave gracias a Dios y este conocido me decía que como puede ser que haya estado de bajón emocional con todo lo que sé.

Sólo pude soltar una carcajada y decirle que sólo soy un ser humano y no ningún Superman. Qué una enfermedad es una pérdida de salud y como tal hay que gestionarla como un pequeño "duelo" personal.
Todos tenemos un pasado que nos marca. Todos tenemos una sombra psicológica que nos persigue. Todos tenemos emociones y sentimientos dolorosos. 

Lo importante no es caer. Y cuando hablo de caer, me refiero a quedar atrapado en esos pensamientos repetitivos y muchas veces irracionales que nos acompañan como velos que no nos dejan ver lo Real y Hermoso de la Vida.

El arte de Ser uno mismo, necesita de humildad, sinceridad y gratitud. Humildad para aceptar las cosas que no podemos cambiar y asumir la actitud con la que afrontarlo. Sinceridad para descubrir y diferenciar entre el dolor inevitable de cada pérdida y el sufrimiento psicológico que retroalimentamos inconcientemente. Y gratitud por todo lo que vivimos plenamente en cada instante y que se abre a nuestro ojos cuando silenciamos la mente y miramos con el corazón.

La búsqueda de la autotrascendencia o como la llamo yo, la búsqueda de la alegría del Alma, implica caminar poco a poco por esa "Senda del Medio" integrando cuerpo, mente y espíritu.
Este caminar nos lleva a dejar los extremos mentales. Nos lleva a escuchar más a nuestros cuerpos. Nos lleva a escuchar realmente a nuestro espíritu.

No somos supermanes, pero dentro de nosotros y tras cada crisis superada, el infinito poder del Ser Interno nos susurra esperanza, nos levanta con amor y nos impulsa a seguir con alegría.

Recordar que podemos tener mucho conocimiento teórico sobre duelo, pero sólo caminando por la senda del medio se mostrará poco a poco la sabiduría del Ser.

Por favor no intentéis ser fuerte si estáis débiles, no intentéis estar alegres si estáis tristes... Recordar ser sinceros con vosotros y con los demás, ya que reconociendo nuestra humanidad, nuestro dolor, nuestra impotencia y rabia, podemos realmente abrazarlas sin juzgarlas, integrarlas con cariño y trascenderlas con amor... Y en ese camino del amor, damos alas a amar y que nos amen tal y como somos en cada instante.

Qué tras cada caída en la separación y miedo que genera la mente no observada, la vida nos lleve a la Paz Profunda que da vivirla con humildad, sinceridad y gratitud.

Feliz caminar por la Senda del Medio!

Bendiciones mil.

Guillermo.

El lugar donde no vemos ninguna enfermedad.


"Cuando el maestro zen Tozan (807-869), primer patriarca de la escuela Soto zen de China, estaba enfermo, un monje le dijo:

- Maestro, tus cuatro elementos” están en desarmonía; Tozan contestó - pero hay alguien que nunca esté enfermo.

- ¿Este alguien te está viendo? - preguntó el monje. - Mi función es observarle - contestó Tozan.

Y ¿qué sucede cuando tú le observas? - preguntó el monje. - Entonces no veo ninguna enfermedad - contestó Tozan."

Por supuesto este «alguien» es nuestra naturaleza esencial personificada. No está sujeta al nacimiento ni a la muerte, allí no hay enfermedad posible...

Durante el duelo, nuestra esencia nos insufla su lucidez y presencia en los momentos en que soltamos todo y nos quedamos a solas con nosotros mismos... observando la vida Una, sin pasado ni futuro. Ahí se producen momentos de comunión profunda que nos dan esa visión interior no razonada de que nuestro ser querido está bien y nosotros también...


SABOREAR EL DUELO



¿Cómo voy a saborear este dolor?, ¿cómo voy a poder saborear este sufrimiento tan desgarrador?, ¿cómo voy a poder saborear lo más amargo de la vida?.

Al oír la palabra “saborear”, lo primero que hace nuestra mente es revelarse, sentirse incómoda y aprovecha una simple palabra para desencadenar un verdadero ejercito de ideas, muchas veces inconexas, que crean aún mayor sufrimiento…

Nuestro yo “pequeñito”, nuestra “personalidad” se siente atacada porque ante la pérdida sólo se nos ha enseñado una manera de reaccionar desde hace milenios, resistencia a la aceptación, sufrimiento, incredulidad, rabia, impotencia, dolor infinito, soledad, ausencia de presente y de futuro, etc.

Gran parte de estas reacciones son propias de nuestra naturaleza. El dolor es dolor y junto a los pensamientos, aparecen las lógicas emociones y sentimientos de tristeza, anhelo y confusión. Como siempre os digo, el dolor físico, psicológico y emocional es normal en todo ser humano, pero el sufrimiento generado por la resistencia mental a aceptar los cambios de la vida y nuestro “envenenamiento mental” se pueden evitar en gran medida.

Si nos fijamos con detenimiento, la acepción “saborear” se refiere en todos los casos a apreciar o disfrutar con “detenimiento” cualquier cosa, especialmente cuando agrada o se disfruta, pero no cuando algo nos desagrada, está fuera de nuestro control o nos produce dolor.

La psicología transpersonal ve al ser humano en su aspecto trino: cuerpo, alma y espíritu. Ante el duelo el cuerpo reacciona e intenta protegernos, el alma o psique acude a las memorias del pasado para saber como gestionar este shock e intentar “controlar” la situación y las emociones salen desbordadas, pero que ¿ocurre con el espíritu?

Nuestro espíritu simplemente está ahí como la consciencia pura que somos y que no podemos dejar de ser, pues constituye nuestro verdadero Ser.

Desde esa profundidad no hay separación con el ser transcendido. No busca cambiar lo sucedido porque es parte de esa sabiduría omnipotente que sabe que todo está bien. No sufre porque es puro amor en movimiento. No busca respuestas porque a ese nivel ya lo comprende todo. No busca la aceptación, porque fluye en Verdad y Vida.

Si ya somos perfectos, ¿Por qué sufrimos? Esta es la pregunta del millón.

Desde el plano del yo pequeñito, sufrimos porque hemos perdido la conexión con nuestro espíritu al identificarnos con nuestra mente y con todo lo que sentimos y vemos.

Desde el espíritu simplemente saboreamos la vida que somos en todas sus facetas, sin separación, sin dualidades, sin luchas ni juicios.

Esto es muy hermoso pero ¿cómo me puede ayudar en mi duelo?

Dicen que el conocimiento es poder. Vamos a ver ese conocimiento tanto a nivel mental (pequeño yo) como a nivel transpersonal (El Ser o Yo con mayúsculas).

Conocer como funciona el cuerpo ante el dolor y el duelo nos ayuda a normalizar las lógicas reacciones como la ansiedad, la taquicardia, la presión en el pecho, el insomnio, la depresión, etc. y realizar ejercicios para mantenernos en armonía.

Conocer la psicología del duelo es importante pues nos ayuda en nuestro proceso de autoconocimiento e integración psicológica. Aquí la ayuda de profesionales y especialistas en duelo es importante cuando vemos que no podemos llevar una vida normal tanto a nivel mental como emocional.

Hasta aquí trataríamos la sanación del “pequeño yo”. Esta sería una de las “alas" para poder “elevarnos” más allá de lo que creemos ser. Ahora veremos como adquirir la otra “ala” y aumentar ese conocimiento de nuestro ser espiritual para poder volar hacia las “alturas del Ser”.

Entraríamos ahora a conocer lo que en psicología transpersonal se denomina el camino de la “Atención Plena” o “Mindfulness”. Son técnicas que nos ayudan a tomar distancia de los pensamientos que van apareciendo en nuestro campo de consciencia y que son productos de toda una vida de programación y como no, de manipulación indirecta de nuestro entorno. Nos ayudan a empezar a “saborear” el momento presente sin emitir juicios y aceptando los cambios corporales y emocionales desde esa posición de observador imparcial que nos lleva a la ecuanimidad mental y emocional, al dejar de identificarnos con el “pequeño yo”.

El último conocimiento es una paradoja, pues ya no nos lleva a conocer nada, a buscar nada, sólo a Ser con mayúsculas. Entramos en el campo de la no dualidad donde los pensamientos y deseos ya no están. Pueden pasar por nuestro campo de consciencia pero en este estado sólo somos uno con ellos y con todo lo que nos rodea.

Pasamos de ser buscadores a ser “Descubridores del Ser”. Es ese “Hágase tu voluntad y no la mía”. Es esa plena confianza en que formamos parte de algo más, no por las creencias de otros, sino por verdadero conocimiento interior.

Hablamos de los estados meditativos o contemplativos. Estados que no son para alcanzar algo, ya que si fuera así sería producto de nuestra mente, que siempre busca hacer algo. No. Me refiero a entrar en el silencio, en la observación del mundo con la “mirada de un inmaculada de un niño”.

En este estado nos acogemos a nosotros mismos, dejamos todo lo superfluo, las ideas preconcebidas, para abrirnos a lo que ya somos… Pura luz. Tagore decía “Si echo mi misma sombra en mi camino, es porque hay una lámpara en mí que no ha sido encendida”. Te invito, no ha encender tu lámpara sino a quitar los velos mentales que no te dejan ver que ya está encendida y brilla por sí sola.

El camino del autodescubrimiento real, lleva a “saborear” los silencios tanto de lo hermoso como lo desagradable (según la mente dual) a vivirlos con luz propia desde nuestra parte más profunda (No dual) y por tanto sólo esperimentable en el eterno “AHORA”.

Sin esos momentos de comunión espiritual en verdadero “silencio” (Aunque sensorialmente escuchemos pensamientos, sensaciones, etc), no se puede vivir el llamado “estado de presencia” donde dejamos de sobrevivir para VIVIR la vida tal cual es, llena de belleza, vida y amor, que son el perfume del Espíritu saliendo por las grietas que el dolor abre en nuestra alma.

“Saborear el duelo”, es caminar en él desde lo profundo del Ser. Aceptar y vivir nuestro dolor humano y al mismo tiempo sentir la brisa del espíritu que surge por todos lados, como decía el Maestro Jesús… El consolador viene como el viento, no lo vemos pero acaricia nuestro Ser… Somos parte inseparable de ese Consolador Universal, somos uno con Él.

Como siempre os envío un fuerte abrazo lleno de esa Paz Profunda que nace de saborear la vida tal cual Es… Bendiciones mil!

CONVERTIRSE EN LAGO


Un anciano maestro hindú, cansado de las quejas de su discípulo, le mandó una mañana a por sal. Cuando hubo regresado, le ordenó echar un puñado en un vaso de agua y que se lo bebiera todo. Entonces le preguntó qué tal sabía.

— ¡Muy fuerte! —, respondió el joven.

El maestro sonrió y, acto seguido, le dijo que echase la misma cantidad de sal en el lago. Los dos caminaron en silencio hasta allí y el joven tiró la sal en el agua. El anciano le ordenó que bebiera del lago. Y después de un largo trago, le preguntó qué tal sabia.

— Mucho más rica y refrescante.

— ¿No notas la sal? —, le preguntó el maestro.

— No —, respondió el discípulo.

El anciano se sentó entonces junto al joven y con mucha ternura le explicó:

— El dolor de esta vida es sal pura. La cantidad de dolor es la misma, pero la amargura depende del recipiente donde lo metemos. Así, cuando experimentes dolor, lo único que tienes que hacer es ampliar la comprensión de las cosas. Puedes dejar de ser un vaso para convertirte en un lago.

LA LUZ DEL MUNDO



CIERTO DIA, EL FOSFORO LE DIJO A LA VELA....

• Hoy te encenderé.

• ¡Oh no!, dijo la vela, tú no te das cuenta que, si me enciendes, mis días estarán contados; no me hagas una maldad de esas.

• ¿Entonces tú quieres permanecer así toda tu vida? ¿Dura, fría y sin haber brillado nunca? preguntó el fósforo.

• ¿Pero tienes que quemarme? Eso duele y además consume todas mis fuerzas, murmuró la vela.
Entonces respondió el fósforo:


• ¡Tienes toda la razón!. Pero esa es nuestra misión. Tú y yo fuimos hechos para ser luz y lo que yo como fósforo puedo hacer es muy poco, mi llama es pequeña y mi tiempo es corto. Pero si te paso mi llama, habré cumplido con el propósito de mi vida; yo fui hecho justamente para eso, para comenzar el fuego.


Ahora, tú eres una vela y tu misión es brillar. Todo tu dolor y energía se transformará en luz y calor por un buen tiempo.


Oyendo eso, la vela miró al fósforo que ya estaba en el final de su llama y le dijo:


• ¡Por favor, enciéndeme!


Y así produjo una linda y brillante llama.


Así como la vela, a veces, es necesario pasar por experiencias duras, experimentar el dolor y sufrimiento para que lo mejor que tenemos surja, sea compartido y podamos ser LUZ.


Recuerda que "mar calmado no hace buenos marineros", los mejores son revelados en las aguas agitadas.


Entonces, si tuvieras que pasar por la experiencia de la vela, recuerda que servir y compartir el amor es el combustible que nos mantiene vivos.


¡Eres la luz del mundo y tu misión es irradiar esa luz!


Nunca olvides que siempre debemos ser luz. Una luz que guíe, no que opaque o ciegue.


Brilla para dar brillo!

La vida...




“La vida te aleja de las personas que amas, hasta que comprendes que no somos este cuerpo, sino el alma que él contiene. La vida se ríe de ti tantas veces, hasta que dejas de tomarte todo tan en serio y te ríes de ti mismo. La vida te rompe y te quiebra en tantas partes como sean necesarias para que por allí entre la luz.

La vida te enfrenta con rebeldes, hasta que dejas de tratar de controlar. La vida te repite el mismo mensaje, incluso con gritos y bofetadas, hasta que por fin escuchas. La vida te envía rayos y tormentas, para que despiertes. La vida te humilla y derrota una y otra vez hasta que decides dejar morir tu EGO. La vida te niega los bienes y la grandeza hasta que dejas de querer bienes y grandeza y comienzas a servir. La vida te corta las alas y te poda las raíces, hasta que no necesitas ni alas ni raíces, sino solo desaparecer en las formas y volar desde el Ser. La vida te niega los milagros, hasta que comprendes que todo es un milagro. La vida te acorta el tiempo, para que te apures en aprender a vivir. La vida te ridiculiza hasta que te vuelves nada, hasta que te haces nadie, y así te conviertes en todo.

La vida no te da lo que quieres, sino lo que necesitas para evolucionar. La vida te lastima, te hiere, te atormenta, hasta que dejas tus caprichos y berrinches y agradeces respirar. La vida te oculta los tesoros, hasta que emprendes el viaje, hasta que sales a buscarlos. La vida te niega a Dios, hasta que lo ves en todos”.

Bert Hellinger

EL ÁRBOL DE LA ANSIEDAD



El Árbol de la ansiedad


Durante los procesos de duelo, la angustia y las preocupaciones son normales y su carga energética a nivel corporal nos hace sentirnos mal, con opresión en garganta y pecho y todos los síntomas que ya conocemos.

La ansiedad dicen que es contagiosa. Por una parte los seres humanos somos capaces de percibir intuitivamente por medio de la coherencia cardiaca, el estado de ánimo de nuestros seres queridos, aunque estos intenten disimularlo. Por otra parte, la angustia se propaga por nuestro interior en forma de pensamientos negativos, creando más preocupación.

La angustia se manifiesta en el duelo como un sentimiento vago de no ser capaces de enfrentarnos a lo que vendrá después de la partida del ser amado… el propio temor a los pensamientos y sentimientos que nos azotan como un huracán, nos alejan de nuestro equilibrio creando más incertidumbre, miedo e incluso pánico al futuro.

Para mucha gente que está a nuestro alrededor nuestra ansiedad les parece exagerada, irreal y hasta absurda al paso del tiempo; mientras que la suya les parece real y válida cuando les pasa algo parecido.

La ansiedad aparece en todo duelo o crisis que nos lleve a “envenenarnos mentalmente” y  perder el contacto con la realidad y la lucidez que proporciona “ver las cosas tal como son” y no cómo nos las imaginamos.

La ansiedad nos da la oportunidad de mirar hacia esa puerta interior que nos lanza hacia un descubrimiento de un nuevo y extenso grado de consciencia. La puerta del autoconocimiento corporal, emocional, mental y espiritual.

La angustia en principio es un mecanismo protector normal que nos recuerda que tenemos que detenernos, ver, escuchar y después proceder conscientemente.

Vamos a ver estas etapas de este STOP consciente:

  1. Detenernos (S): La ansiedad nos dice que no estamos lo suficientemente conscientes. Actuar inconscientemente nos hace reducirnos a reaccionar como un ordenador y nos deshumaniza. Al sentir los primeros síntomas de angustia  paramos la actividad que estábamos haciendo.
  2. (T) tomamos unas respiraciones profundas para ver y escuchar atentamente a nuestro cuerpo y pensamientos. Si no vemos ni escuchamos esta señal de alarma que nuestro Ser nos envía, seguiremos viviendo el sufrimiento de la inconsciencia.
  3. (O) Observamos sin emitir ningún juicio las sensaciones corporales donde sea más clara la angustia (pecho, garganta, nuca, etc..) tras unas respiraciones en las que aceptamos esos “síntomas” de inconsciencia sin juzgar los pensamientos que puedan venir, terminamos masajeando con cariño esa zona. Ahora con ese sentimiento de aceptación, elevamos nuestra consciencia y nos hacemos conscientes de nuestra naturaleza espiritual como cada cual sienta o crea… Ahora imaginad un hermoso árbol (El árbol de la sabiduría interior) con bellas ramas, lo abrazamos y depositamos en él esa ansiedad física y emocional (como el del cuento que más bajo tenéis ) La intención sincera nos lleva a ese estado transcendente, donde el simbolismo subconsciente nos ayuda a soltar todo aquello que no es real, pero que lo vivimos como si así fuera...
  4. (P) luego regresamos con atención al momento Presente, a nuestra actividad con la refrescante Presencia Lúcida que nada juzga y todo acepta y que nos muestra que la Paz Profunda siempre habita en nuestro interior, pues en él estamos todos unidos a Dios.

Reconozcamos que todo lo que experimentamos, tanto lo que llamamos agradable o desagradable desde la mente dual, nos lleva en última instancia a alcanzar  el preciado ARTE DE SER.

Os dejo con este cuento milenario sobre el árbol de la ansiedad.

Vuestro compañero de la senda del medio, Guillermo.

CUENTO DEL ÁRBOL DE LA ANSIEDAD

“El Emperador Wang contrató a un carpintero para restaurar una antiguo templo. Como el Emperador era una persona muy controladora y perfeccionista y le preocupaba que el trabajo no se estuviera haciendo bien, decidió pasarse por el templo, para ver cómo iban las obras.

Al final de la jornada, se dio cuenta de que el carpintero había trabajado mucho, a pesar de que había sufrido varios contratiempos hoy y los días anteriores según se había informado. Para completar el día, su buey murió de viejo y el Emperador se ofreció a llevarle a su casa.

El carpintero no habló durante todo el trayecto, visiblemente enojado y preocupado por todos los contratiempos que había tenido a lo largo del día. Sin embargo, al llegar invitó al Emperador a conocer a su familia y a cenar, pero antes de abrir la puerta, se detuvo delante de un pequeño árbol, tomó unas respiraciones profundas, lo abrazó con delicadeza, acarició con infinita ternura sus ramas durante pocos minutos y terminó con un gesto de gratitud.

Cuando abrió la puerta y entró en la casa, la transformación era radical: parecía un hombre feliz. La cena transcurrió entre risas y animada conversación. Al terminar la velada, el carpintero acompañó al Emperador al exterior. Cuando pasaron por delante del árbol, este le preguntó:

– ¿Qué tiene de especial ese árbol? Antes de entrar estabas enojado y preocupado y después de tocarlo eras otro hombre.

– Ese es el árbol de la ansiedad – le respondió el carpintero. – Soy consciente de que no puedo evitar los contratiempos en el trabajo pero no tengo por qué llevarme las preocupaciones y ansiedades a casa. Cuando llego, le pido permiso para tocar sus ramas, dejar ahí toda ansiedad y preocupación y las recojo a la mañana siguiente, cuando regreso al trabajo. Lo interesante es que cada mañana encuentro menos motivos para preocuparme qué los que dejé el día antes y la ansiedad ha desaparecido.

Esa noche, el Emperador aprendió una de las lecciones más valiosas de su vida.”

EL SILENCIO EN EL DUELO



En nuestros duelos sabemos que antes o después los silencios aparecen tanto para intentar dar respuesta a lo que nuestras doloridas mentes quieren escuchar, como para sentir con el ser la paz que por momentos nos parece decir que todo está bien y que la vida es mucho más que pensamientos y sensaciones corporales.

Como vemos hay silencios por cansancio mental y hay silencios que salen del alma, de lo profundo de nuestro ser.

Tanto unos silencios como otros son parte de esa lucha interna por encontrar sentido a lo que vivimos.

Y tanto unos silencios como otros, nos ayudan a tomar consciencia de nuestra realidad, nos ayudan poco a poco a alcanzar la "mayoría de edad" psicológica y espiritual.

Sentir la presencia de ese silencio sanador, es un estado de consciencia puntual que nos ayuda a seguir indagando en nosotros mismos en nuestra búsqueda de transcendencia.

Llegar a un estadio de consciencia perdurable, ya depende de lo profundo que buceemos en nosotros, ya no buscando sino sintiendo la verdad en cada instante, de nuestra transcendencia.

Ese estado realmente es una gracia que llega cuando menos lo esperamos, pero cuyas señales intuitivas son como faro en la oscuridad y nos van guiando en nuestras "noches oscuras del alma" hacia tierra firme, hacia la Presencia y Lucidez del que ya no se pregunta nada, sino que sigue la sabiduría de simplemente SER.

En nuestros duelos, seamos conscientes de esos dos silencios, para aceptar el mental y dejarlo pasar con amor infinito reconociendo nuestra humanidad y vivenciar el espiritual sin ánimo de apropiarnos de algo que nunca ha estado fuera de nosotros, porque lo buscado es el propio buscador...

Os dejo esta descripción de los pasos del silencio que tan bien nos describe Benjamín:

"En un primer momento
el silencio es pura privación,
carencia, hueco molesto,
arrancarse de actividades y personas
que llenaban.
El silencio se percibe
como inútil, aburrido,
pérdida de tiempo.
Lleno del eco confuso
de las cosas dejadas atrás,
exigencia de compañía,
de actividades.

Si se sobrepasa este momento,
el silencio se hace palabra.
Los fantasmas escondidos
empiezan a salir a la luz
y a gritar sus exigencias.
Antes trabajaban desde la clandestinidad,
enmascarados en las actividades,
proyectos y personas,
y pasaban casi desapercibidos.
Pero también la vida retada
empieza a brotar más firme,
más honda, y nos sorprende
la profundidad ignorada
que surge de nosotros mismos,
desde nuestra apertura al infinito.

El silencio se transforma
en lucha cuerpo a cuerpo,
entre los fantasmas con su ejército de miedos
y las exigencias nuevas de una libertad inagotable.
El silencio es tenso,
implacable, decisivo.
En la lucha algo de mí muere,
algo vuelve a ser clandestino,
algo nuevo se afirma
marcado todavía por los rasgos de la agonía.

El silencio ha cristalizado
en un gesto de reposo sabio,
hecho de certezas infinitas,
de vida recién nacida.
El silencio se ha revelado una presencia,
sereno estar en una compañía,
que me abre el espacio
de su amor discreto
donde se hace consistente mi armonía.
El silencio se hace silencio pleno,
confiado, alegre, reposo y estrenado.
El silencio es palabra agradecida".

Benjamín González Buelta

La Tormenta del Duelo



"En la Tormenta es cuando se conoce al buen piloto"
(Séneca)

Haciendo una analogía literal con el proceso de duelo, se podría interpretar algo así:

"Durante el duelo es cuando se conoce los recursos que cada cual posee para superar la crisis."

Pero profundizando un poco más, nos damos cuenta que el "piloto" al que hace referencia Séneca, es nuestro espíritu más puro.

Durante el duelo nuestra mente intenta buscar con desesperación paliar el tremendo sufrimiento. Para ello utiliza los recur

Esto nos hace querer resolver algo sentido con algo que es puramente mental, produciendo el efecto contrario que ya todos conocemos... más dolor!

Nos encontramos en una nave que va a la deriva, sin capitán y en manos de los pasajeros (pensamientos) que impotentes, atemorizados, no saben manejar la situación.

Con tanto ruido mental, es imposible darse cuenta que el capitán (Nuestro ser real) está atrapado en su camarote dándose cuenta de todo, pero los gritos y ruido mental no dejan que los pasajeros le oigan...

En un momento de silencio, tras llorar mucho, soltar tensiones, caminar por la cubierta, escuchan la voz del Capitan (Las intuiciones del Alma) que les va diciendo cómo liberarlo de su camarote.

La liberación se produce gradualmente al darnos cuenta que nuestra "Consciencia Testigo" (Espíritu) no se puede ver afectada por lo que simplemente observa desde lo profundo del corazón humano.

El sufrimiento es creernos que somos lo que pensamos y no el testigo de esos pensamientos dolorosos, que generan sentimientos perturbadores y sufrimiento en general.

Aceptar que tenemos diferentes niveles de consciencia a los que permanecemos dormidos, viviendo en automático, es el principio de un despertar interior a la Luz, el Amor y la Vida plena que ya somos.

El dolor, como seres sintientes es inevitable en las primeras fases del duelo. El sufrimiento por excesos de pensamientos negativos y falta de aceptación de que vivimos en un cuerpo que morirá y en un mundo en constante cambio, sí podemos evitarlo al dejar que nuestro Capitan Interior vaya tomando el control y su luz disipe nuestras sombras.

Vivimos en un mundo hermoso, pero preferimos vivir en nuestro mundo mental, identificados con lo cómodo... Con vivir un futuro mejor... Cuando la vida es plena ahora mismo, hermosa y llena de Amor.

Este escrito señala hacia tu espíritu... no te quedes con las letras y vive la Luz que consuela con la verdad de tu realidad interior!

Cuando el dolor llame a tu consciencia, silencia los pensamientos, llénate del Amor infinito por tu ser querido que ahora habita en otro plano más elevado y siente la unidad que sois... Tras esa comunión real, sigue con tu vida, desprendiendo el suave perfume de tu Alma entre los que te rodean...

Recibe un fuerte abrazo lleno de la Paz Profunda que nuestro Capitan interior nos envía constantemente... Bendiciones mil!

Guillermo J. Recourt.

El Duelo: del yo al nosotros



"Siempre que un hombre despierta, despierta de la falsa suposición de que ha estado siempre despierto y es por lo tanto el dueño de sus pensamientos, sentimientos y actos."

HENRI TRACOL

La muerte o transición de consciencia de un ser querido, después del lógico dolor, nos hace plantearnos de una u otra manera, qué es la vida y si la estamos viviendo conscientemente.
De alguna manera, empezamos a valorar cosas que antes pasábamos desapercibidas. Nuestra esencia empieza a fundirse con nuestra personalidad o ego y este sufre una transformación sanadora en la mayoría de los casos. 

Muchos prefieren dormir y no aceptar la realidad, lo que genera sufrimiento, pero es un sistema normal de defensa que el ser humano tiene ante circunstancias muy dolorosas, que poco a poco nos lleva a la aceptación que no es lo mismo que la resignación. La mente se resigna, el Alma acepta, comprende y sana.

Si nuestro duelo nos lleva a estar más presentes (más despiertos) y por ende más conscientes, las cualidades del alma se funden en nosotros, percibiendo la paz, la fraternidad, la unidad y amor que todos somos, cada vez con mayor lucidez.

No significa que la vida va a ser perfecta (Sueño) sino que ante cualquier evento de la misma percibido con ecuanimidad y lucidez (Realidad), dejamos de reaccionar como "siempre" (automatismos) y actuamos según nos dicte el sentido común y nuestro corazón que permanecerá más en calma cada vez.

Esta transformación, es una actitud de vida. Un anhelo de estar más consciente de nuestra parte espiritual e inmortal, que nos impele a ser uno con todo ser.

El duelo pasa así de un "yo" dormido a un "nosotros" lúcido.

Despertamos cuando ese Amor por nuestro ser querido, nos transforma y se expande y comparte con todos. En casa expresión de alegría, compasión y amor, está él reflejado en el Nosotros!

Recibid un fuerte abrazo lleno de Lucidez y Paz Profunda!

Bendiciones mil.

Guillermo.