Atención Plena y Duelo


¿Por qué es útil la Atención Plena en el duelo?

En el duelo más que en ninguna otra situación, nos volvemos esclavos de nuestros pensamientos y por resonancia con nuestras emociones y sentimientos.

Los pensamientos obsesivos, las preguntas sin respuesta, el juicio a la vida, etc… Nos sume en un caos sin igual.

¿Tenemos educada nuestra mente para semejante reto?

La respuesta es que normalmente, somos esclavos de nuestros pensamientos, vamos con el piloto automático, presa de toda experiencia que se aloja en lo profundo del inconsciente.

¿Hay atajos para superar el duelo?

Todos tenemos fortalezas conocidas y otras no tan conocidas, esperando un momento de lucidez, de paz, de comprensión verdadera, para poder tomar poco a poco, las riendas de nuestras vidas.

En este tema de los atajos, aparece una paradoja… ¿Cómo llegar antes a nosotros mismos, si ya somos? La respuesta es obvia, prestando atención a nuestro mundo interior… justo hacia donde no queremos mirar en el duelo!

De ahí que no podemos ayudar directamente a nadie que conscientemente no pida ayuda. Sin esa petición, la ayuda sutil pero efectiva durante todo el proceso, surge con la presencia y el amor que podamos ofrecer al doliente, no con palabras vanas llenas de soluciones.

La realidad es que nos identificamos tanto con el dolor, que pasa a ser parte de nosotros, y si se alarga mucho el sufrimiento, en nuestro inconsciente ya no podemos dejar el dolor, porque sería como amputarnos un miembro del cuerpo!!

Ese dolor que no buscábamos, qué llego de repente, ahora soy yo, parte de mi, y sin él ya no sería persona… así lo entiende el inconsciente. Eso sin tener en cuenta la cantidad de traumas, frustraciones, etc… que se le suman al duelo y que ya arrastrábamos del pasado.

Como vemos, si hemos vivido casi toda nuestra vida con el piloto automático, llegado este difícil trance, sólo nos queda, esperar ese momento de lucidez y tomar el timón de nuestras vidas o seguir sufriendo de por vida los vaivenes del dolor que nuestros pensamientos quieran.

Con el paso del tiempo, veo que mis duelos con su amargura, desesperación, impotencia, dolor y sufrimiento iniciales, se han ido transformando gracias al trabajo personal de introspección, atención plena y confianza total en esos momentos de lucidez, en la esencia que nos da la vida.

La Atención plena, consiste en observar nuestros pensamientos y emociones, con la mirada de un niño, como si los viéramos por primera vez… no son ni buenos ni malos, son esas nubes de diferentes colores que por un momento, surcan nuestro espacio interior, tapando ese bello cielo azul, que nunca desaparece. Atención plena es, tumbarse en nuestro prado interior y simplemente permitirnos “vivir” relajados y plenamente conscientes, ese movimiento interior que como las nubes, el viento las desplaza una y otra vez..

Si en vez de simplemente ver dejar pasar las nubes, nos enfadamos por no ver el cielo o queremos que obedezcan nuestros pensamientos, o pensamos que estarán ahí para siempre, llegará un momento en que llegaremos a ver nubes donde no las hay, pues ya ni miraremos al cielo… agacharemos la cabeza y nos sumiremos en la inconsciencia en la que ahora estamos casi toda la humanidad…

La recompensa de atrevernos a mirar el dolor, sentirlo y aceptar que no somos nosotros ese dolor, es la paz profunda, donde el cuerpo se relaja y armoniza, las emociones más elevadas se manifiestan y la mente realiza fielmente nuestros dictados sin juzgar, controlar o dudar…

¿Así de fácil?

Las grandes verdades son siempre sencillas, es la mente del hombre quien las complica cuando nos sumimos en la inconsciencia del día a día.

Todo requiere un pequeño esfuerzo inicial, todo!! Como se decía en los monasterios: “Ora et labora” La atención plena nos revela tras el dolor, el cielo azul que vimos nada más nacer, antes que las nubes oscuras de los pensamientos y emociones, se grabaran en nuestro inconsciente, por el simple hecho de vivir, en una sociedad que agachó la cabeza hace muchos siglos.

Atención plena, es descubrir el mundo con los ojos de nuestros ser real, y para ello la práctica diaria unido a una actitud de cambio, nos llevaran poco a poco a lo alto de la sagrada montaña del ser, donde las nubes pasan por abajo de nuestras miradas, siendo conscientes entonces, que tras esas nubes negras, tras la tormenta, la calma aparece y las plantas se vivifican y la VIDA surge por doquier… La toma de consciencia se ha producido y gracias a este nuevo nivel adquirido, podemos entender lo que antes era un sin sentido!!

Hay muchas formas de practicar la atención plena, y dejo a la voluntad de cada uno de vosotros, el buscar la vía más adecuada a vuestro sentir interior. Qué la intuición que te lleva a buscar ayuda en tu dolor, sea la guía fiel de este caminar por la senda de la atención plena.

Al igual que el Maestro Jesús, sacrificamos nuestro cuerpo físico, emocional y mental, para renacer con un espíritu nuevo, como hombres y mujeres que viven en este mundo sin ser ya de él…

Pido al Dios de nuestros corazones, que cada uno de nosotros, pueda sentir la Paz que da mirar al mundo, con la mirada confiada del que ve más allá del horizonte, un nuevo amanecer... donde un nuevo mundo dentro de este, nos da la bienvenida.

Recibid un gran abrazo, lleno de ola presencia que nos une!

Bendiciones!

Vuestro amigo, Guillermo j. Recourt.

#tomarconsciencia

2 comentarios:

  1. Excelente articulo y me identifico plenamente con él. tienes toda la razón está en nosotros trascender el dolor el duelo en AMOR ETERNO, en mi caso por mi hijo. No puedo decir que fue fácil, pero era un gran reto por el inmenso dolor que sentía que me arriesgue buscar ayuda y hacer mi trabajo de duelo, gracias a Dios y con la ayuda que me puso en el camino al Dr. Jorge Montoya Carrasquilla quien fue mi acompañante en el proceso, a mis recursos internos, a mi familia y al grupo de apoyo, logre poder volver a tenerle sentido a la vida. Muchas gracias y bendiciones, abrazos

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    1. Muchas gracias Lilia Amparo por tu dolorosa vivencia y transformación a través del Amor.
      Recibe un fuerte abrazo, lleno de la Paz que nos une!

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