Cuando la desesperación por el mundo crece en mí y me despierto en plena noche al menor ruido temiendo lo que podría ser de mi vida y de las vidas de mis hijos, voy a echarme un rato allá donde descansa el pato joyuyo, con su belleza sobre el agua, y la garza azul se alimenta.
Entro en la paz de las cosas salvajes que no agravan sus vidas anticipando el dolor. Comparezco ante las aguas tranquilas. Y siento sobre mí las estrellas ocultas al día aguardando con su luz.
Durante un tiempo descanso en la gracia del mundo, y soy libre.
WENDELL BERRY
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