Creciendo Espiritualmente



Ya sabéis que me gusta utilizar mucho las analogías, pues cuando llegan a nuestra consciencia conectan más rápidamente con el lenguaje simbólico del subconsciente.

Todos los seres humanos tenemos la chispa divina dentro de nosotros, que dependiendo del nivel de consciencia adquirido a lo largo de la vida o vidas pasadas, se manifiesta con mayor o menor nitidez, siendo el momento del despertar un parto muy particular.

La inconsciencia diaria es el germen de un niño/a interior, que antes o después tendrá que “nacer” y desarrollarse de dentro a fuera.

La bisagra interior se ha movido y las luces del alba espiritual, rozan nuestra consciencia.

La Paz Profunda que se genera en el silencio, no busca nada a cambio, simplemente deviene al escuchar es corazoncito del alma que despierta a la vida.

Es nuestro niño o niña interior. Una responsabilidad ha caído del cielo y tenemos que cuidarla y alimentarla con las cosas más sanas y nutritivas, en forma de pensamientos y actitudes cada vez más en armonía con nuestra esencia espiritual.

Si descuidamos esos cuidados, y no le damos esas comidas espirituales a lo largo del día, su “llanto” se hará cada vez más audible para nosotros, pues las tensiones aparecerán, la ansiedad se acrecentará y el ruido mental se hará casi insoportable… Ese es el precio de ser Padre o Madre, ya que es una responsabilidad inmensa y llena de Amor.

El Amor es la clave de esa educación espiritual, que tenemos que aplicarnos a nosotros mismos, que tenemos que dar a nuestro retoño.

Si nos damos esos periodos de comunión interior varias veces al día, nuestro niño/a interior, crecerá y la escuela de la vida, le enseñará todo lo que necesita y lo que no. Nos vaciamos poco a poco del Yo, para nacer a un Nosotros, pues ahora somos una familia en sí misma.

La adolescencia espiritual, nos enseña a ver los peligros de las ilusiones que el Ego nos pone en nuestro camino. Los juicios envenenados junto a las dudas mortales, fortalecen a este adolescente que cada vez nos aporta más su esencia y su eterno Amor.

Llega un momento en que alcanza la madurez al ser físico y esta coincide con la madurez de ser espiritual, que ahora nos da su sabiduría y cuidados; la intuición se agudiza, la sonrisa interior se manifiesta por doquier y una paz Profunda hace sagrado nuestro diario caminar…

Así llegamos a nuestra ancianidad, pero con una vitalidad y fortalezas especiales, ya que nuestro hijo/a espiritual es quien nos cuida ahora. Nuestro amor y cuidados, junto a esa educación holística, da ahora sus frutos. Las meditaciones matutinas, no se interrumpen durante el día, ya que la toma de consciencia nos ha hecho vivir el presente con toda nuestra presencia.

La muerte terrenal, ya no es un final, sino una transición gradual de la consciencia hacia el eterno caminar, donde el alma se une al espíritu y lo enriquece con las experiencias vividas, estableciendo conexiones inmortales con todos los seres con los que entró en contacto y con el resto de seres de los que forman parte.

Este post está dedicado a dar vida a la espiritualidad que todos llevamos dentro, a sentirla y desarrollarla según el guión que cada cual encuentre en su corazón…

No hay seres más o menos espirituales, sino almas más o menos despiertas.

Muchos esperan la llegada de maestros, gurú o seres iluminados, sin darse cuenta que el verdadero ser de Luz se expresa cuando dos o más de nosotros se reúnen en su nombre... allí está el Maestro en medio de nosotros (Mt 18, 20).

El ser humano es la expresión de un Dios encarnado en cada uno de nosotros y sólo El Amor entre todos hará el milagro de los milagros para que realmente venga a nosotros su Reino.

Es más cómodo pensar en ser salvado que asumir la propia responsabilidad en esta comunión interior con el Dios que cada uno pueda sentir.

Dejad que los niños vengan a mi, dejad que esos niños/as espirituales que habitan en el interior de cada ser humano, vibren con Él, con el Verbo, con la Esencia Crística o como cada cual lo sienta.

El Alfa y el Omega, el Yin y el Yang, dan vida al Camino, al Tao eterno y lleno de cambios, de ajustes en una sinfonía de equilibrios perfectos.

Recibid un gran abrazo desde mi niño interior al vuestro, con mis mejores deseos de Luz, Vida y Amor.

Vuestro compañero de viaje,

Guillermo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario