La Luz del Sacrificio

La palabra sacrificio viene de “sacer facere”, es decir de « hacer sagrado»y sagrado es algo digno de veneración y respeto por su carácter divino o por estar relacionado con la divinidad.

Lo profano, es el antónimo de sagrado, es lo que no es sagrado ni sirve para usos sagrados, es el desconocimiento de determinado conocimiento, es también lo muy dado a las cosas mundanas.

Desde el punto de vista espiritual, la humanidad está caída y prisionera del mundo mientras está encarnada en él y sólo por medio del conocimiento de esas leyes ocultas al profano, se puede traspasar el velo de la ignorancia espiritual.

Es un proceso lento y arduo, donde la pasión y el deseo por reintegrarnos con la Unidad es el motor de esta búsqueda.

El Universo no se creó de repente, se expande constantemente, se trasmuta desde esa vibración primordial, desde ese “Fiat Lux”; poco a poco, semilla a semilla, tal como crece el ser humano por fuera, así crece por dentro, paso a paso.

Es en este crecimiento interior donde tenemos la posibilidad de hacer sagrado, de tomar consciencia, de todo lo que ignorábamos, antes de que el primer rayo de luz nos tocara el corazón y cambiara nuestras vidas.

Este rayo de Luz se nos manifiesta de manera clara tras momentos de crisis, momentos de pruebas difíciles, donde ante el miedo y la desesperación, abrimos inconscientemente las puertas del Alma y notamos su cálida compasión abrazar nuestros sufrimientos por unos instantes… es el comienzo del camino hacia el despertar espiritual.

San Agustín decía:

“El ser humano está hecho de tal manera, que no puede ser para sí mismo, el bien que le hace feliz”

Está frase resume esa insaciabilidad del ser humano, que atrapado en su ego, no ve que la felicidad real se encuentra al ser útil a las fuerzas constructivas de la naturaleza, a esas leyes divinas expansivas y no restrictivas como lo son las cosas egoístas, con las que estamos acostumbrados a pensar.

Al armonizarnos con esas leyes de Amor sublime, empezamos a entender lo que significa realmente “sacrificarnos” por los demás, hacer sagrado todo pensamiento, palabra y obra, o al menos tener ese ideal en el corazón, ya que como humanos la perfección total nos está vedada.

Al fluir con Amor por la vida, dejamos de ser profanos, de ser ignorantes a su dulce miel, y empezamos a trabajar cual abejas, por mantener esta humanidad unidad en pos del bien común, empezando por los más cercanos y dejando que la providencia nos guie en esta noble labor, descubriendo que las sincronicidades son los carteles que nos indican hacia dónde dirigir nuestro camino en cada etapa ansiada y no trazada con la mente sino llegada a través del servicio impersonal al cual nos brindamos al hacer sagrado lo que antes sólo veíamos cómo esfuerzo tedioso .

Ahora podemos entender el mayor sacrificio jamás realizado en este mundo, la muerte en la cruz de Maestro Jesús, el Cristo mismo, haciendo sagrada la muerte, dándonos a conocer la esencia real del ser al pasar por la transición de un mundo al otro y regresando en espíritu para seguir señalándonos el camino del sacrificio real y continuo, para que el Espíritu Santo inunde nuestros corazones y nos revele su reino en nuestros corazones.

Mi deseo es que este año 2011, se llene de sacrificios conscientes y la Luz que otorga en todas las facetas de nuestra vida, no por el bien que nos pueda reportar, que lo hará realmente, sino por expresar a través nuestro la belleza del Amor Universal, sin esperar nada a cambio, en una sinfonía de Paz, Alegría y pleno Amor.

¡Que Dios os Bendiga!

Vuestro amigo Guillermo.

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