La barca vacía...



"Si un hombre está cruzando el río y un bote vacío colisiona el suyo, incluso aunque sea un hombre de mal genio, no se encolerizará mucho.
Pero si ve a un hombre en el otro bote, le gritará para evitar el choque.
Y si éste desoye sus advertencias, vociferará una y otra vez, y empezará a maldecirle.
Y todo porque hay alguien en ese bote.
Así pues, si ese bote hubiese estado vacío, no hubiera gritado, ni se hubiese encolerizado..."

Chuang Tze, discípulo de Lao Tze.

Cuando somos como barcas vacías, nuestra vida fluye con las aguas del río de la vida, pero cuando la barca está llena de lo que el ego piensa que es importante e incluso imprescindible, defendemos nuestra barca incluso con nuestra propia vida, aferrándonos a ideas, creencias, rutinas y patrones que nos separan de los demás...

La barca vacía, aunque choque por los avatares de la vida con otras barcas, no provoca discusiones sino un fluido diálogo reconciliador, que unifica el sentido de la fraternidad en movimiento...

Deseo de todo corazón, que cuando tropecemos en la vida con otras personas, recordemos esta barca "vacía" pero llena de la potencialidad infinita de la consciencia, nos subamos en ella y nos dejemos fluir por la armonía que siempre trae a la vida...

Recibid como siempre un gran abrazo de esa Paz Profunda que nace de ese "vacío" interior!

Bendiciones mil!

Guillermo J. Recourt

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