El Jardinero que habita en cada Corazón



La felicidad se cultiva día a día, semilla a semilla, emoción positiva a emoción positiva...

Detrás de cada perdida, no tenemos fuerzas para plantar semillas y nuestro jardín interior se vuelve yermo, y al contemplarlo así, la tristeza se agudiza más... Las lágrimas caen en una tierra sin semillas, sin flores y sin frutos, la vida se llena de infelicidad...

Pero un día, de lo profundo del ser, surge la semilla de la esperanza, de la compasión, del Amor y las lágrimas ahora son abono de cada semilla salida de nuestro propio ser, que son las únicas semillas que dan frutos eternos...

El Jardín ya no es el mismo de antes de la perdida, pero la fragancia que ahora sale, es de la misma esencia, del Amor que nunca se extingue... y que a partir de ahora será regado por lágrimas de felicidad verdadera, felicidad sin tiempo ni espacio, sin metas y más metas, pues en lo eterno no hay metas hay vida y momento presente.

Las lágrimas derramadas en silencio, se convierten con el tiempo en lágrimas de gratitud rodeadas del mismo sagrado silencio...

Saludo al Hermoso jardinero que habita en tu corazón!

Bendiciones!

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